martes, 23 de junio de 2009

¿Y ahora qué?


Cada vez que avanzamos un paso más en la consecución de un nuevo estado vibratorio, de un nuevo peldaño en la escala evolutiva de nuestra alma, de nuestro ser, surge una cuestión que refleja la excitación del que se encuentra ante lo desconocido, ante lo insondable, ante el misterio. Algunos lo identifican con el temor, pero en el fondo es la excitación de lo nuevo, de la aventura.

¿Y ahora qué?

Llegar a esta pregunta es un signo de que uno se ha dado el permiso de ir más allá de lo conocido, de lo seguro, de lo familiar. Vivir implica crear algo nuevo constantemente y conscientemente. Hay muchos que aún no se han dado cuenta que vivir todos los días la misma historia de rutina, la misma secuencia de eventos no es vivir, es un pseudovivir fruto de la inconsciencia. Y es en ese pseudovivir donde surgen muchas enfermedades y síntomas físicos. Es el alma expresándose a través del cuerpo y avisando de la necesidad del movimiento, del cambio, de la acción. Es otro estado vibratorio, evidentemente, pero en él ha estado y sigue estando aún la gran mayoría de la población.

Como expresé en "Sostenidos en el vacio" estamos viviendo unos cambios increibles y acelerados que generan síntomas físicos cuyo fin no es otro que el de llamarnos la atención para relajarnos cada vez más y confiar. En este sentido el dolor o el síntoma trae conciencia en aquel que vaya explorando, adentrándose y viviendo en sí mismo este nuevo paradigma. El sentido de las metáforas que aporta la Medicina del Alma es una herramienta que facilita el no neurotizarse durante este proceso y confiar en que la vida está siempre de tu parte, aunque no lo parezca a simple vista. El síntoma te invita a ir más allá del dolor, justo hacia el interior, hacia tu ser, hacia la raíz.

Muchos síntomas son reflejos de bloqueos profundos, acontecimientos semilla les llamamos, que condicionaron en su día nuestra manera de relacionarnos con el mundo. Pero ahora, en estos nuevos tiempos ya no necesitamos cargar más con esas "heridas" energéticas. Necesitamos un nuevo traje para un nuevo ser que está renaciendo. Por eso surgen los síntomas, saltan, se manifiestan en un intento de terminar su cometido y desalojar el espacio para que ingrese una nueva energía dentro y alrededor nuestro. Todo es consecuencia del aumento en la frecuencia vibratoria de la energía UNA que nos sostiene.

En este proceso estamos entrando ahora. El solsticio de este fin de semana ha sido una fecha clave en este proceso de empoderamiento personal, de enraizamiento en el ser, en el propósito del alma de cada uno de nosotros. Si uno se lo permite puede comenzar a transitar por un terreno desconocido, insondable, lleno de posibilidades donde todo, aunque a priori no lo parezca, está en su justo lugar para que vayamos estableciendo y anclando nuestras nuevas raíces.

Puede surgir la sensación de no tener ni idea de nada ante lo que viene y es normal. Pero también puede surgir la confianza de que sea lo que sea lo que viene es lo mejor para nosotros ahora.

Liberaciones emocionales pueden tener lugar. A mí se me ha despertado un mal humor que hacía tiempo no sentía. Sentimientos de vulnerabilidad, fragilidad, labilidad emocional...son simples consecuencias del baibén de las energías. Pero también pueden comenzar a ocurrir coincidencias a tener en cuenta. Puede ser que uno se encuentre con gente nueva con los que compartes algunas inquietudes o que reaparezcas en escenarios que no frecuentabas pero que ahora te permiten dar otro paso más en tu proceso evolutivo. Es un tiempo para estar atentos a las señales que se nos presenten.

Como dice Eric Rolf, la vida es un constante "a ver qué pasa" y es así que en este a ver que pasa merece la pena lanzarse a la aventura, a seguir los dictados del corazón, el primero que canta cuando nos adentramos en un sendero nuevo y desconocido. Y es que precisamente el tiene la respuesta.

Aunque en ese paso hacia lo desconocido surga siempre la pregunta ¿y ahora qué? el corazón, que late al unísono con la existencia, tiene siempre la respuesta.

Hacerse esta pregunta ya es un éxito. Es la pregunta adecuada. El Universo no tardará mucho en responderte, te lo aseguro.

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