jueves, 4 de junio de 2009

Sostenidos en el vacío.




Ser sensible es un regalo que está lleno de desafíos. Pero aún teniendo desafíos es el mejor de los regalos. La ascensión nos está llevando a eso, a la sensibilidad y eso puede ser desafiante para muchos.

En el 2005 viví un proceso muy abrupto y radical de cambio y transformación. Fué una experiencia muy intensa, nada agradable también he de decir, lleno de dolor, llanto y desesperación pero de la que salí totalmente renovado. Era como si en ese proceso hubiera renacido otra persona.
Realmente fué así. Esa experiencia que duró unos meses fué literalmente una muerte y una resurrección, la muerte del ego y el resurgir del alma.

Como consecuencia de esa experiencia los roles que desempeñaba ya no me valían. Mi labor de fisioterapeuta y terapeuta manual se me quedaba chico. Había dado un paso más allá de la sanación a ese nivel. Había emergido mi verdadera naturaleza con un propósito concreto que no coincidía con el que había estado desempeñando durante todos esos años, sí seguía relacionado pero ya no coincidía. Fué bastante traumático el cambio, me gustaba lo que hacía, pero el sentir del alma me indicó otro camino.

Como consecuencia de este proceso muchos canales sensitivos se me desbloquearon. Comencé a percibir mucho más de lo que percibía en esta misma dimensión tridimensional en la que nos encontramos, a saber cosas sin saber cómo, a ver la verdadera naturaleza de los demás, su alma y a entender que todos somos uno, que tú eres yo. La intuición se me afinó y podía saber cosas o recibir información de manera muy natural. Diagnósticos intuitivos, adivinaciones, habilidades que recordaba tener de pequeño pero que se habían quedado relegadas en las trampas de la mente racional volvieron y comencé a percibir muchas más cosas que coexisten en esta dimensión pero que requieren de una sensibilidad y una ampliación del foco de conciencia para abarcarlo.
Yo no tenía ni idea de temas de espiritualidad, ni me había interesado por esas cuestiones sin bien siempre había estado buscando a través de la ciencia el verdadero conocimiento. Pero el conocimiento me vino a través de la vivencia, del sentir, no desde el estudio. Es lo que llamo el SABER.

Muchos están pasando ahora por una experiencia similar a la que yo pasé. Si bien cada uno tendrá su experiencia particular, todos comparten una serie de síntomas característicos de este proceso de "renacimiento" o "ascensión". Quizás te sientas identificad@ de alguna manera.

- Una incapacidad o dificultad de realizar las tareas laborales que antes solías hacer.
- Tensión, ansiedad y nerviosismo por momentos, por picos.
- Sensación de prisa, de que tienes que llegar a algún lugar, no sabes si físico o interior, pero con una sensación de aceleración.
- Caos generalizado.
- Interés repentino por temas espirituales, yoga, meditación...
- Una búsqueda incesante de algo que te de cierta sensación de seguridad.
- Sensaciones de perdid@, de no saber quién soy o a dónde voy.
- Sentimientos de tener que desempeñar algo pero aún no saber qué es.
- Pérdida de interés por temas que normalmente te interesaban.
- Relaciones y amistades que se acaban, separaciones y vínculos que desaparecen.
- Trastornos de sueño o de alimentación.
- Necesidad de comer mucho o todo lo contrario.
- Vértigo, sensación de andar en el vacío.
- Vulnerabilidad, hipersensibilidad, temor.
- Intolerancia a determinados ambientes y personas, sobre todo si son de vibración baja, es decir, si están todo el rato quejándose o en lo negativo.
- Ira, irritabilidad, rabia reprimida que sale a la superficie.
- Necesidad de silencio, de estar en casa, en lugares tranquilos y con poca gente o incluso con nadie, sólo contigo.
- Llanto, tristeza, emociones como descontroladas que fluctuan a su antojo.
- Síntomas físicos que varían de intensidad y de localización; dolor en el pecho, en el corazón, en los músculos de la espalda, la planta de los pies o en las manos...
- Gripes o alergias que duran un día.
- Fiebres transitorias.
- Ganas de dejarlo todo, de soltar.
...

Todos estos síntomas y sensaciones son fruto de un proceso masivo que lleva ya varios años teniendo lugar y que en muchos círculos llaman Ascensión. Básicamente es un proceso natural donde la energía que nos sustenta, entendiendo por energía la luz que está detrás de todo lo que existe, sube su vibración, su frecuencia vibratoria y esto cursa con una muerte de lo que ya no vibra en esta nueva frecuencia, el ego y una emergencia de los aspectos más sutiles de nosotros, de nuestra verdadera alma. Muchos estarán sintiendo la necesidad de hacer algo que realmente desean hacer, algo que les satisfaga, que les entusiasme y en este sentido este proceso está facilitando a todos nosotros ocupar nuestro lugar único e indiscutible dentro de este gran concierto que es la vida en la tierra. Estamos entrando en una nueva etapa creativa donde cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de aportar lo mejor de sí mismo para crear una nueva tierra, una nueva humanidad...para crear el cielo en la tierra.

Este proceso de Ascensión no es igual para todos. Si bien los peldaños son los mismos cada uno estará subiendo por el suyo. Así habrá gente que está comenzando a sentir cierta tensión, cierto desarreglo, otros estarán en medio del caos, en la periferia del huracán y otros por el contrario se sentirás más ligeros, llenos de una nueva paz y tranquilidad. En mi caso la vida se me ha simplificado muchísimo. Necesito mucho menos de lo que necesitaba antes pero me siento más lleno de lo que me podía sentir cuando tenía más cosas que las que tengo ahora.

Algunos pasamos este proceso antes simplemente para poder facilitar, tranquilizar y acompañar a otros desde el saber que da la experiencia y el sentir. Simplemente. La ciencia tradicional vibra dentro de las energías mas densas y no alcanzan a comprender este proceso. Yo mismo tuve esa experiencia. Los psicólogos y profesionales de la salud están muchas veces enfrascados dentro de su propio paradigma y no se permiten salir de él y ver la posibilidad de que haya algo más. Pero la vida siempre te va a poner a las personas adecuadas en este proceso. Seguir las señales es una de las claves para facilitarte transitar por el cambio. Nada es por casualidad.

Estamos mudando de piel, estamos trascendiendo los velos de la ilusión y la separación. Y la clave de este proceso está en rendirse y confiar. Ésta es otra clave. La vida siempre sabe lo que hace y nos cuida constantemente, nos quiere, nos ama, está atenta de nuestros pasos. No es necesario resistirse ni tratar de controlar nada. Confiar y rendirse, dejar ir las cosas, permitir que tu naturaleza emerja en tí y cuidarte como si fueras un recién nacido, frágil y vulnerable, es lo que nos toca.Lo que te espera después de este proceso es una vida nueva, llena de magia, aventura y sincronicidad. Pero para llegar has de pasar por el túnel del parto y este proceso no es agradable, pero no pasa nada.

Parte de mi misión aquí es la de inspirar y acompañar este tipo de procesos. No se trata de terapia. Más bien todo lo contrario, se trata de dejar las terapias, de dejar de creer que te pasa algo malo y rendirte a lo que realmente eres, un ser divino, un alma deseando liberarse de todas las restricciones que la mente racional y la moral le ha impuesto. Cuando te rindes se abren todos tus canales de comunicación e información y con un buen acompañamiento serás capaz en poco tiempo de abrazar un nuevo ser lleno de vida, con claro propósito y con mucha, pero que mucha salud.

Sólo has de saber que en este proceso que está ocurriendo todo está siempre en su justo y perfecto lugar, que no hay nada errático, que todo está siempre en divino orden y que sólo has de relajarte y confiar en que la vida te va a dar todo lo que necesites para vivir este proceso con integridad.

Ser sensible definitivamente es todo un regalo, sí, pero eso no quita que sea todo un maravilloso desafío.

Con amor.

Jorge Santana Valentín

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